LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA ESCUELA.

Los tiempos por los que estamos atravesando conforman lo denominado la “era de la información” (Manuel Castells). El conocimiento informacional está en el centro de todas las actividades y todos los procesos sociales en general; desde esta mirada, es indispensable que los alumnos adquieran desde el sistema escolar las competencias apropiadas respecto a las nuevas tecnologías, y a lo que la sociedad demanda.
García Huidobro señala que el mundo actual genera necesidades educativas sin cuya satisfacción las personas son empujadas a la exclusión, para que esto no acontezca, y por el contrario los alumnos aseguren su lugar en la sociedad concebidos como ciudadanos capaces, la escuela tiene la obligación de caracterizarse por la participación activa de todos sus miembros en el manejo y construcción de los conocimientos, por ejemplo, los alumnos deben estar motivados y deben ser autores principales de su propio aprendizaje y los docentes, en vez de repetidores y cumplidores de los rituales escolares tradicionales, deben ser guías inteligentes y oportunos para motivar, orientar y ayudar a los alumnos en la construcción de sus conocimientos y en el pleno desarrollo de sus habilidades y destrezas.
Por otra parte, para introducir las nuevas tecnologías en el Curriculum, considero la necesidad de contar con cuatro elementos fundamentales: el primero de ellos tiene que ver con el espacio, entendiendo por este, a un sitio acorde para la utilización de las nuevas tecnologías; el segundo elemento se orienta hacia el tiempo, es decir horas cátedras que estén destinadas exclusivamente a este proceso de enseñanza y que por ende, puede adaptarse a ese espacio nombrado anteriormente; el tercero apunta hacia los recursos, en este caso, a un conjunto de materiales que tienen que ver particularmente con las tecnologías y comunicaciones como ser computadoras, video, Dvd, radio, tv, internet, etcétera, de esta manera ese espacio contará con el equipamiento adecuado para que el tiempo sea utilizado eficazmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje; el último componente, se sitúa en la competencia del docente, y este es un elemento no menos importante que los demás, puesto que si no existe un guiador capaz de transmitir los conocimientos en relación a la nuevas tecnologías, de nada servirá el espacio, ni el tiempo, ni los recursos.
Todo lo dicho hasta aquí, implicaría que cada uno de nosotros como educadores o futuros educadores, reflexionemos acerca de estas ideas, para que logremos formar ciudadanos capaces de construir significado y llegar a responder , a futuro , adecuadamente a los cambios y exigencias de la nueva sociedad.

Graciela Araujo.