Bien se sabe, en el mundo todo, absolutamente todo, avanza, y los motivos son infinitos, sin embargo todos ellos tienen una intima relación con el continuo progreso de la ciencia, que además, presenta nuevos modos de comunicación, lo cual lleva a una evolución en los diversos estratos de la vida cotidiana, y de esto, indudablemente, el saber no escapa, o al menos no debería escapar. Con esta afirmación establezco que a partir de este avance, el cual nos involucra de manera directa o no a todos, el saber también cambia.
Pero hay algo relevante en ello, que el saber no cambia por sí solo, sino porque el contexto cambia, y a su vez los sujetos de la educación cambian y esperan que la enseñanza escolar se adapte a este cambio, ¿Qué quiero decir con esto?, que la educación brindada a los estudiantes desde la escuela, debe acomodarse a lo que la sociedad demanda y propone como progreso. Lo que quiero dejar sentado aquí, es que como docentes o futuros docentes es necesario comprometernos con este progreso, no solo para no quedar fuera de encuadre, sino para brindar a los alumnos una formación que cumpla con las exigencias del contexto y que a futuro les aseguren un lugar social y cultural.
Para llegar a este objetivo, será necesario incluir esos nuevos saberes, y cuando digo incluir no me refiero a dejar de lado, de un día para el otro, lo tradicional, porque está claro que a muchos docentes le cuesta adaptarse a lo nuevo, pero si ir de a poco anexando lo desconocido hasta hacer que la educación se renueve por completo.
Desde luego la tarea no es fácil, y para los enseñantes resulta todo un desafío, de todas maneras imaginemos un instante, que nos quedamos en el tiempo con los conceptos, herramientas y modos de trabajo, ¿les parece que así progresamos a nivel social? o peor aún, ¿le estamos asegurando a los alumnos el lugar que se merecen en la sociedad? porque al fin y al cabo, en nuestras manos esta el futuro de miles y miles de estudiantes.
Rescato unas líneas, respecto al tema, de Jesús Martín Barbero, en un artículo denominado Saberes hoy: Diseminaciones, competencias y transversalidades, él planteaba lo siguiente: …”no podemos seguir educando a partir del prejuicio que separa como si fuera un destino fatal a los poetas de los científicos”(…); esta frase corta, pero significativa refleja lo que no debemos seguir haciendo, e insisto, no es tarea fácil innovar la educación, hay varias cosas que se deben ajustar primero, sin embargo tampoco es una tarea imposible.
Graciela Araujo.
Pero hay algo relevante en ello, que el saber no cambia por sí solo, sino porque el contexto cambia, y a su vez los sujetos de la educación cambian y esperan que la enseñanza escolar se adapte a este cambio, ¿Qué quiero decir con esto?, que la educación brindada a los estudiantes desde la escuela, debe acomodarse a lo que la sociedad demanda y propone como progreso. Lo que quiero dejar sentado aquí, es que como docentes o futuros docentes es necesario comprometernos con este progreso, no solo para no quedar fuera de encuadre, sino para brindar a los alumnos una formación que cumpla con las exigencias del contexto y que a futuro les aseguren un lugar social y cultural.
Para llegar a este objetivo, será necesario incluir esos nuevos saberes, y cuando digo incluir no me refiero a dejar de lado, de un día para el otro, lo tradicional, porque está claro que a muchos docentes le cuesta adaptarse a lo nuevo, pero si ir de a poco anexando lo desconocido hasta hacer que la educación se renueve por completo.
Desde luego la tarea no es fácil, y para los enseñantes resulta todo un desafío, de todas maneras imaginemos un instante, que nos quedamos en el tiempo con los conceptos, herramientas y modos de trabajo, ¿les parece que así progresamos a nivel social? o peor aún, ¿le estamos asegurando a los alumnos el lugar que se merecen en la sociedad? porque al fin y al cabo, en nuestras manos esta el futuro de miles y miles de estudiantes.
Rescato unas líneas, respecto al tema, de Jesús Martín Barbero, en un artículo denominado Saberes hoy: Diseminaciones, competencias y transversalidades, él planteaba lo siguiente: …”no podemos seguir educando a partir del prejuicio que separa como si fuera un destino fatal a los poetas de los científicos”(…); esta frase corta, pero significativa refleja lo que no debemos seguir haciendo, e insisto, no es tarea fácil innovar la educación, hay varias cosas que se deben ajustar primero, sin embargo tampoco es una tarea imposible.
Graciela Araujo.
Tu punto de vista aquí es muy significativo, debido a que es necesario efectuar un cambio y que este cambio sea menester a todos.
ResponderEliminarEn otras palabras creo que como docentes o futuros decentes, deberíamos apostar al cambio para que los estudiantes puedan hacer utilidad de las cosas que hoy la sociedad les esta ofreciendo. Pero no una utilidad cualquiera sino una buena utilidad, porque si hablamos de utilidad nomás, todos los adolescentes y no solo ellos ya los utiliza, esto no quiere decir que los hagan de una manera adecuada y significativa. Los utilizan para los video-juegos, los videos porno, etc., que no tienen nada de educativos.
Y con respecto a las palabras de Jesús Martín Barbero, creo que es muy importante, debido a que si nos ponemos en contra de los medios, de alguna manera nos estaríamos volviendo analfabetos tecnológicos y que a la vez no impediría que los chicos estén en contacto con ellos. De todas formas los medios nos llevan ventajas y tienen todas las de ganar, porque los chicos ya no son los mismos chicos de hace años atrás que obedecían y no protestaban, estos nuevos chicos, son chicos que nacieron y crecieron con los medio, asique si tuvieran que elegir entre lo tradicional y lo nuevo, creo que la mayoría se tendería hacia lo nuevo. Además la tecnología no desplazaría al docente sino que lo ayudaría a reforzar sus conocimientos y a facilitar la transmisión de los mismos.
Insaurralde Marta. 3º año de Lengua y Literatura.